Durante la XI Semana del Tecnólogo organizada por la Facultad de Estudios Técnicos y Tecnológicos de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB, se dieron cita diferentes actores regionales alrededor de un tema que ha venido cobrando relevancia en el sector educativo: la inminente importancia de los programas técnicos y tecnológicos, tanto para la población estudiantil como para las empresas.
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La discusión tuvo como base un reporte publicado en 2021 por el Banco Mundial denominado “Programas cortos de educación superior en América Latina y el Caribe: La vía rápida hacia nuevas competencias”, cuyos resultados fueron presentados en el encuentro que se realizó esta semana, por María Marta Ferreyra, economista sénior en la Oficina del Economista en jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial y una de las autoras de dicho informe.
De acuerdo con este reporte, actualmente los programas cortos, o también llamados técnicos y tecnológicos, son los más atractivos para los empleadores ya que son los que permiten que los estudiantes desarrollen mayores competencias técnicas en menor tiempo. “El 26% de las vacantes actuales en este país requieren mínimo un técnico o tecnológico, entonces pensar que los programas profesionales son la única opción es algo ilusorio. Los programas cortos están dirigidos al sector laboral, ofrecen mayor flexibilidad y ayudan a la inclusión de más estudiantes en la educación superior”, expresó María Marta Ferreyra durante su presentación.
La oferta de programas técnicos y tecnológicos en Colombia se ha concentrado especialmente en las Instituciones de Educación Superior (IES) públicas que abarcan el 54,5% de la cobertura nacional.
Para Lorenzo Portocarrero Sierra, Director Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Instituciones de Educación Superior, ACIET, quien fue otro de los invitados a esta reunión, las universidades privadas deben aportar al fortalecimiento de estos programas. “Los estudiantes técnicos y tecnológicos representan el 28,5% de la población estudiantil de educación superior en el país. La salida la tienen entonces las mismas IES que deben reconocer la importancia que tiene para el desarrollo del país la formación técnica y tecnológica”, comentó en su intervención.
La UNAB cuenta con un portafolio de siete programas tecnológicos en áreas comerciales, de mercadeo, de salud y de gastronomía, que no superan los cinco semestres y que se ofertan en modo presencial, virtual y dual. También cuenta con una especialización tecnológica dirigida a estudiantes y graduados de Regencia de Farmacia.
Oferta en la región
A nivel del departamento, las universidades privadas han venido fortaleciendo su oferta en este tipo de programas. Una de ellas ha sido la Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB, la cual completa casi dos décadas incluyendo programas cortos en su portafolio académico.
Con el fin de contribuir a la modernización tecnológica, a la competitividad y a la productividad de los sectores productivos, en el año 2003 nació el Instituto de Estudios Técnicos y Tecnológicos de la UNAB para apoyar una iniciativa del Ministerio de Educación Nacional, MEN. Posteriormente, en 2009 el Instituto pasó a llamarse Facultad de Estudios Técnicos y Tecnológicos, y en 2010 hizo parte de otra estrategia del MEN que creó 200.000 cupos en programas cortos para estudiantes de todo el país.
Desde su creación, la Facultad de Estudios Técnicos y Tecnológicos de la UNAB se ha enfocado en brindar programas que responden a las necesidades del mercado, pero también que se enfocan en ser una opción accesible para quienes presentan dificultades para ingresar a la educación superior. Con esto, la institución busca contribuir no sólo a mejorar le empleabilidad de los futuros graduados y, por ende, la estabilidad de las empresas, sino también promover la equidad e inclusión social entre la población estudiantil de Colombia.
“Definitivamente la educación técnica y tecnológica es la vía rápida para el desarrollo de nuestros países. La UNAB tomó la decisión de ofrecer esas posibilidades de formación técnica y tecnológica de calidad porque vimos la necesidad de democratizar la educación, que las personas que no tienen acceso a esos programas profesionales porque son más largos, o más costoso o porque exigen presencialidad, puedan tener otras opciones que les brinden un ingreso rápido al mundo laboral”, expresó Yaneth Rocío Orellana Hernández, decana de la Facultad de Estudios Técnicos y Tecnológicos de la UNAB, durante el encuentro de la Semana del Tecnólogo.
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